La Agencia Internacional de Energía (AIE) publicó recientemente un informe que destaca una desaceleración significativa en el crecimiento de la demanda global de petróleo. Esta desaceleración se atribuye principalmente a una contracción en el consumo chino, impulsada por los desafíos económicos continuos del país.
La discrepancia en las previsiones de demanda de petróleo entre la AIE y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es marcada. Mientras que la AIE ha mantenido una previsión relativamente conservadora de un crecimiento de 970,000 barriles por día (bpd) para este año, la OPEP es mucho más optimista. La OPEP pronostica que la demanda de petróleo aumentará en 2.25 millones de bpd este año, con China contribuyendo una porción significativa de este crecimiento.
Esta divergencia en las previsiones se debe en parte a diferentes perspectivas sobre el ritmo de la transición global hacia combustibles más limpios.
En cuanto al lado de la oferta, la AIE proyecta que el crecimiento de la oferta de petróleo alcanzará los 770,000 bpd este año, llevando el total a un récord de 103 millones de bpd.
A pesar de que ver el panorama global ofrece pocas ventajas al tomar decisiones comerciales con un horizonte de planificación cercano, los cambios en las previsiones globales pueden sugerir el momento de un cambio de tendencia o un posible aumento en la volatilidad de los precios.