Más allá de eso, hay que tener en cuenta las tendencias mundiales. El año 2024 ha marcado un antes y un después para las criptodivisas, que han pasado de ser un segmento de nicho a convertirse en una fuerza influyente en el entorno tecnológico y financiero mundial. En un mundo plagado de inflación, el precio del bitcoin subió bruscamente tras reducirse a la mitad en abril de 2024, aumentando un 126% y realizando el escenario estándar posterior a la reducción.
Esto no significa necesariamente que no vayamos a ver una caída de las cotizaciones o que las operaciones de venta sean imposibles. Sin embargo, es necesario tener en cuenta las tendencias fundamentales a la hora de planificar posiciones cortas.
Desde el punto de vista técnico, la cotización puede encontrar apoyo en la zona de los 88.000 dólares al descender.